Cuando una pareja sana y donde la mujer es menor de 35 años, ha buscado un embarazo durante por lo menos un año, se recomienda una consulta con un especialista en fertilidad.

 

Por qué es importante la edad de los pacientes?

 

Este factor es determinante en la dificultad para procrear, a partir de los 35 años, la fertilidad de la mujer disminuye gradualmente, y se hace más difícil la consecución de un embarazo y más frecuentes los abortos.

 

Cómo será esta primera consulta?

 

En esta primera visita, el especialista realizará una serie de preguntas de carácter médico y de hábitos de salud a cada miembro de la pareja, con el fin de obtener información que será de gran utilidad para el correcto diagnóstico.

 

Durante la primera consulta por infertilidad el especialista arma una historia clínica completa de la pareja. Habla con la mujer sobre sus períodos menstruales (regularidad, dolor, cantidad, etc.), dolor pelviano y antecedentes infecciosos. Además, pregunta sobre la existencia o no de embarazos previos, intervenciones quirúrgicas y métodos anticonceptivos. 

 

El antecedente de haber padecido enfermedades poco frecuentes puede resultar de importancia, por eso no hay que dejar de exponérselo al médico. 

 

Al hombre se le pregunta sobre traumatismos en la zona genital, antecedentes infecciosos, cirugías realizadas, medicaciones, hábitos, etc. 

 

También se habla sobre el tiempo de búsqueda de embarazo, frecuencia de relaciones sexuales, antecedentes de enfermedades congénitas en la familia, etc.

 

El profesional también pedirá los resultados de estudios o procedimientos previos que se hayan realizado por este problema.

 

Finalmente, se realiza un examen clínico y a partir de ese momento se programan una serie de estudios con el fin de investigar las posibles causas de infertilidad. 

 

El estudio completo por infertilidad en una la pareja no debe llevar más de dos a tres meses; al cabo de este período se debe tener un diagnóstico exacto y preciso de la causa de esterilidad para poder planear y plantear un esquema de tratamiento que permita ofrecer a la pareja la mayor posibilidad de éxito en el logro de un embarazo.